Resulta muy desalentador comprobar como en plena crisis económica y de ajuste social, una de las partidas que más aumenta en los Presupuestos Generales del Estado [lea en PDF el desglose] es la financiación de los partidos políticos, aumentando exactamente en un 84,6% al pasar de los 84,75 millones de 2014 a los 156,44 millones del 2015.
Aun es mas triste comprobar que el argumento contemplado es simplemente que hay elecciones generales y autonómicas y de inmediato me recuerda a las miles de familias españolas en estado de máxima precariedad que cuando encienden el televisor no pueden entender ni el mas mínimo capítulo de unos presupuestos que una vez mas reflejan la enorme distancia entre quienes se sientan en los fríos sillones del Consejo de Ministros y quienes sufren cada día un frío muy distinto al caro cuero de los coches oficiales.
No es momento de grandes y descerebradas campañas electorales sino momento de ponerse en el lugar de una ciudadanía que necesita la empatía de la última trinchera de la credibilidad política en momentos tan importantes para el país como es la aprobación de los presupuestos generales del Estado.
Sería muy importante demostrar que la misma ilusión e ímpetu por lograr esa subida sideral de un 84,6% en la financiación de los partidos políticos se usara en apostar por una generosa partida que atienda a esas personas que no llegan a final de mes, ni siquiera con las manidas y estrujadas pensiones de sus mayores.
Hemos perdido el norte y lo que es peor, la brújula de la mas mínima sensibilidad político y social
No hay comentarios:
Publicar un comentario